En el año 1939 se presentó un hecho que marcaría la historia del mundo en Pisco, Perú, cuando una niña llamada Lina Medina de apenas 5 años daba a luz, convirtiéndose en la madre más joven de la historia.
Lina Medina dio a luz a un niño llamado Gerardo un 14 de Mayo de 1939, un bebé sano de 2.7 Kilos y 48 centímetros de estatura.
Todo empezó cuando a la niña Lina le empezó a crecer el vientre de manera anormal, su madre, creyendo que se trataba de algo sobrenatural la llevó a varios chamanes para que la revisaran. Varios de ellos dijeron que la niña tenía una culebra desarrollándose en su barriguita producto de una maldición del demonio Apu, pero ninguno de los ritos a los que fue sometida surgieron efecto.
Su padre, en medio del desespero por tal anomalía, decidió llevarla al Hospital de Pisco, en donde el doctor Gerardo la revisó, y pensando de que se trataba de un tumor la envió de urgencias al hospital de Lima donde un grupo de varios médicos descubrieron que la niña estaba embarazada. En medio de su sorpresa el Doctor Rafael, miembro del equipo médico a cargo de la niña, llamó a la policía para que detuvieran al padre de Lina, ya que era el principal sospechoso de aquél aberrante suceso. Pasados unos días el padre fue liberado por falta de pruebas y ningún sospechoso fue buscado luego de esto.
Lina dio a luz a su hijo por medio de una cesárea realizada por los cirujanos Dr. Lozada, Dr. Rolando Colareta y Dr. Bussalleu.. Luego del nacimiento de su hijo el caso de Lina se hizo famoso, y sus padres fueron convocados por cientos de firmas científicas para estudiar el caso de su hija a cambio de beneficios económicos. Los Padres de Lina rechazaron múltiples ofertas hasta que aceptaron ser acogidos por un acaudalado Estadounidense, quien deseaba estudiar el caso de la niña además de darle una pensión de por vida. Cuando el gobierno Peruano se enteró de esto, creó una comisión para proteger a Lina de los “Peligros Morales” que podría traer estas negociaciones, pero pasaron los meses y los años sin que Lina recibiera alguna ayuda por culpa de la comisión que debía salvarla, pero que la dejó silenciada en el olvido. Luego de muchos años, Lina pudo recibir una pensión de por vida, y todo fue gracias al ginecologo José Sandoval quien escribió un libro sobre el caso, y cuya obra hizo que se acelerara el proceso de ayuda para Lina.
En la población donde habita Lina se llegó a creer que ella era una especie de niña divina, enviada del cielo para dar a luz al hijo del sol. Hoy en algunos sectores todavía se conserva esta creencia.
La Academia Americana de Obstetricia y Ginecología asegura que Lina pudo ser madre con apenas 5 años porque tuvo un desarrollo hormonal anormal, de hecho sus padres aseguran que a los tres meses de nacida la niña ya tenía vello púbico y que a los 2 años con 8 meses tuvo su primera menstruación.
Hoy Lina supera los 80 años y tiene dos hijos, el segundo fue producto de su segundo matrimonio en el año 1972. Gerardo, su primer hijo, creció creyendo que su Lina era su hermana y a la edad de los 10 años se enteró de la verdad. A los 40 años murió de una rara enfermedad ósea, aunque se desconoce si las condiciones de su nacimiento tuvieron que ver algo con su muerte.
Gerardo nunca supo quien era su padre, y hoy por hoy sigue siendo un misterio producto de la injusticia.
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